No se puede mejorar lo que no se conoce, y somos el resultado de lo que dormimos. Por ello el primer paso es saber cómo, cuánto y por qué dormimos, y conocer aquellos hábitos, tanto diurnos como nocturnos que pueden facilitarnos un sueño reparador que nos permita vivir plenamente durante el día.
Si algo me distingue, es la creatividad a la hora de diseñar mis acciones formativas, siendo pionera en desarrollar programas propios y exclusivos que abarcan temáticas y problemáticas en diferentes colectivos.