En las redes estos días hemos leído el intercambio de tuits entre Arianna Huffington (CEO* del Huffington Post), que lidera un movimiento en pro del sueño, tras sufrir las consecuencias de la falta de descanso) y Elon Musk (CEO* de Tesla), a raíz de un tuit de éste sobre su estilo de vida. Resumiendo: Elon Musk trabaja 120 horas semanales, echa cuentas y verás qué poco le queda para otras actividades y descansar. Al ser advertido por su estilo de vida poco saludable, su réplica ha sido que, habiendo trabajo no hay opción, pasando el descanso a un segundo o cuarto plano.
No señor Musk, lo que no es opcional es dormir. Alimentación y descanso son actividades fundamentales para seguir vivo. ¿Comer y beber son actividades opcionales para usted?. Entonces, ¿por qué quiere hacernos creer que el sueño lo sea?
A lo largo de la historia, algunos líderes mundiales se han jactado de lo poco que duermen, Margaret Thatcher es un ejemplo de ello. Dormía unas 4 horas, pero no por haber llegado a doblegar al sueño como actividad “opcional”, simplemente tenía una alteración cromosómica, que de hecho lleva su nombre “gen Thatcher”, que permite a quienes lo tienen, un 5% de la población se estima, dormir esas pocas horas. No dormía poco por imposición, sino por su genética, como lo es tener ojos azules o medir medio metro.
El señor Elon Musk parece no tener este gen, pues de otro modo no utilizaría, tal y como ha afirmado, un fármaco como Ambient para dormir, le bastarían sus 4 horas de sueño. Ambient es un medicamento cuyo principio activo es zolpidem, es un hipnóptico que se prescribe en problemas de insomnio. Utilizar pastillas para dormir no significa que controla el descanso, sino que parece tener un problema de sueño y necesita inducirlo químicamente porque está alterado y mucho. Es más, ese descanso, no es un descanso eficiente como lo es el dormir sin pastilla, arrastrando a su vez efectos secundarios, más o menos leves, pero en todo caso poco deseables. En esas condiciones, cabe preguntarse si las horas que se dice trabajar son realmente efectivas, dado que un sueño de baja calidad está sobradamente demostrado altera nuestras capacidades cognitivas: memoria, capacidad para tomar decisiones, evaluación de riesgos, etc.
Arianna Huffington tuvo que caer literalmente al suelo, extenuada por la falta de sueño, para darse cuenta de que dormir no es opcional, por muy CEO de empresa mundial que uno sea. Podemos aprender por la propia experiencia, pero también vicariamente, a través de las experiencias de los demás. Este es un ejemplo que debería servir a muchos. El problema no obstante no reside en el estado de salud del señor Musk, a quien deseo lo mejor, sino en la repercusión que tienen estos mensajes, tan ampliamente difundidos. El problema es hacernos creer que dormir es “opcional”, que es una actividad menor que puede quedar relegada a ese segundo plano, y lo peor, que es un modelo a imitar. Al igual que sucede en otros temas de salud, dado su impacto, hay una responsabilidad importante en este tipo de mensajes. Un buen descanso es imprescindible para que nuestras capacidades rindan al máximo para trabajar, física y mentalmente. La historia está plagada de accidentes laborales, y nefastas decisiones gracias a un mal descanso, y así lo corroboran algunos estudios.
Las decisiones que tome el señor Musk, como cualquier CEO, dependen directamente de la calidad de su sueño, lo crea o no. Por eso, a menos de que el señor Musk sea un androide, el único modo de recargar sus pilas es durmiendo.
(*)CEO: Siglas en inglés Chief Executive Officer, para designar al primer ejecutivo de una empresa.
https://aasm.org/study-of-twins-discovers-gene-mutation-linked-to-short-sleep-duration/